25.4.06

Últim article de Miguel

Últim article de Miguel Ángel per a la revista d'Esquerra Unida de Catarroja
REFLEXIONES SOBRE NOU MIL·LENNI
Miguel Ángel Aguado

Los sucesos de Francia de finales de 2005 son una señal de alarma pues de allí llegan muchos de los cambios sociales. La juventud sale a la calle enfurecida con una aparente intención de destrucción gratuita que muchos medios se empeñan en relacionar con la inmigración. Sin profundizar demasiado en la situación de los barrios periféricos descubrimos que la presencia del Estado es casi nula, dígase servicios sociales, seguridad, altas tasas de paro… etc.

Para un joven que busca trabajo en muchos casos dar la dirección del domicilio supone ser rechazado automáticamente para un puesto de trabajo. ¿Es tal vez el entorno urbano el causante de los problemas sociales que hemos relatado? No lo creo, del mismo modo que una pistola no mata a no ser que aprietes el gatillo. El caso de la sociedad francesa, para bien o para mal más avanzada que la nuestra, debería servirnos de ejemplo para reflexionar lo que supone para nosotros Nou Mil·lenni.

El crecimiento irresponsable y desmesurado de las ciudades es la culpable de la creación de barrios periféricos y marginales, a lo que hay que sumar la desatención de los poderes públicos hacia los barrios ya existentes. Creo que significaría el principio del fin. Por ahora es sólo un proyecto que supondría triplicar la población, crear una Catarroja nueva y otra vieja. A la nueva sólo podrían acceder a las VPO aquellas personas que se pudieran hipotecar a 30 años, lo que no supone, y eso sin contar con las viviendas de renta libre.

En la vieja empezaría a darse un proceso de segregación social, arrinconando en los barrios más desfavorecidos capas de población con pocos recursos. En un entorno urbano degradante y degradado, produciendo un caldo de cultivo para la desigualdad y la frustración de la que serían víctimas más los grupos más desfavorecidos: juventud, tercera edad, inmigrantes, parados, minorías étnicas. En una sociedad en continua transformación que nos recuerda cada día más a la ley de la selva, donde pagan siempre los mismos, se pondría la primera piedra para apartar de los grandes escaparates lo que no queda bien en la foto. Aún estamos a tiempo de decir no a Nou Mil·lenni.

La Catarroja que hay que construir es aquélla en la que quepamos todos, viviendo con dignidad y defendiendo nuestro patrimonio medioambiental, histórico y sociocultural, creciendo como pueblo y no como una ciudad dormitorio despersonalizada.